martes, 27 de abril de 2010

A la espera de José Tomás



En cierta ocasión, le comenté a D. Carlos Allende, aficionado de pro, que podría suceder con José Tomás, lo que a punto estuvo de ocurrir el otro día en Aguascalientes, México.
Y es que el señor Tomás tira demasiado de manual. Es decir, él se coloca delante del toro, sitúa los pies, se perfila y piensa al citar: "todo está conforme a como debe ser, ahora, doy un toque de muleta y el toro embestirá siguiendo la trayectoria que yo le marque". Y seguramente lo hizo todo bien. El que no lo hace bien es el toro, que se olvida del manual y embiste por donde no debe embestir.
Y claro, el pobre José, hombre de fé inquebrantable, se queda quieto y va el otro y se lo lleva por medio, a él y a su femoral.
Mucho me gustan los toros, pero nunca he ido a ver a José Tomás. Ni iré. Para que alguien pase miedo por él, ya tiene a su padre. Conmigo que no cuente.

2 comentarios:

ana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ana dijo...

Asi es, casi sucede lo predicho esa tarde que recuerdo como si hubiera sido ayer. Pero hay situaciones inevitables y dolores que hay que vivir.